martes, 31 de mayo de 2011

Españistán, o el origen de la burbuja inmobiliaria

Gran explicación histórico-económica del origen de la crisis nacional actual. Para mí tiene un valor especialmente descriptivo, y me encanta cómo incide en la idea del "gran botellón" en que hemos participado todos los españoles y la resaca tan gorda que estamos pasando. También hay que considerar de dónde veniamos cuando empezamos con esto (niveles máximos, ejem, perdón, ex-máximos, hasta ahora, de paro en la primera mitad de los noventa y la convergencia con Europa casi imposible) y cómo las ideas que tenían una finalidad social benévola(acabar con el paro) han sido también las que por no dirigirlas de la manera adecuada nos han llevado, una década después, a más paro aún. Menos claro me queda el papel que se le quiere otorgar a la política laboral, que se mencionaa de pasada, pero bueno, creo que es un documento realmente estimable. Espero que os guste. Ah, y recordar que es un anticipo de un cómic del autor Aleix Saló, cuyo blog tenéis aquí .

Bueno, y aunque yo no veo el video tan parcial como algunos (creo que deja a todos igual de mal), tampoco está de más completar la entrada con alguna crítica que puntualiza o completa lo dicho, aquí.



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martes, 24 de mayo de 2011

Yo no estuve allí: Paul Revere y Pedro Serrano

Una de las bases de cualquier movimiento político o social es la comunicación. El traslado de la información sobre acontecimientos, programas, proclamas, etc. es primordial para el éxito de las acciones de los grupos humanos en relación con su contexto. Lo estamos viviendo en la actualidad, con la importancia que ha tomado internet, y en especial twitter, en la reciente oleada de revoluciones en el mundo islámico, así como en el controvertido movimiento 15M en España. También se hizo famoso el “pásalo” enviado por sms tras el atentado del 11M y que jugó un papel trascendental en la primera victoria electoral de Rodríguez Zapatero en España. La aldea global en que se ha convertido nuestro planeta gracias a las tecnologías de la información y la comunicación nos permiten saber casi al segundo lo que ocurre en cualquier punto de la geografía (otra cosa son los intereses de los que controlan esta tecnología, o si verdaderamente es “democrática y universal”, es decir, llega a todo el mundo y en las mismas condiciones). Sin embargo, esto es algo relativamente nuevo. En los siglos pasados, la transmisión de noticias era mucho más lenta y dificultosa por cuanto se tenía que hacer de viva voz o a través de misivas que viajaban por el mundo portadas por mensajeros. Sin duda, el correo más famoso de la historia fue Filípides, el joven griego, que dio lugar a la famosa leyenda del Maratón, de la que existen dos versiones: la más romántica es la que nos cuenta que llevó la noticia de la victoria de los atenienses ante los persas a Atenas para evitar que las mujeres atenienses matasen a sus hijos y se suicidasen, como habían planeado en caso de derrota griega, para lo cual recorrió unos 40 kilómetros; Herodoto, en cambio, nos cuenta que en realidad recorrió los 240 km. que separan Atenas de Esparta en tan sólo dos días para pedir ayuda a los espartanos. En la literatura, el mensajero más célebre es Miguel Strogoff, “el correo del zar”, que en la imaginativa mente de Julio Verne evita con su epopeya a través de la estepa rusa una invasión tártara. Sin embargo, en este artículo quiero referirme a dos figuras, cuya actuación tuvo similitudes en la forma y alcance de su gesta, pero cuyo reconocimiento en sus respectivas historias nacionales dista bastante: Paul Revere y Pedro Serrano.

Paul Revere es una figura muy conocida y apreciada en los EEUU. Todo niño estadounidense conoce la historia de este patriota y su famosa “cabalgada de medianoche”. En el transcurso de la guerra de la independencia norteamericana, este industrial de éxito ideó un sistema para avisar con antelación de los movimientos de los británicos. Así, sus informantes, por medio de la luz de lámparas encendidas, le comunicaron en la noche del 11 de abril de 1775 que las tropas realistas avanzaban a través del Río Charles en dirección a Lexington y Concord, donde los rebeldes guardaban un importante arsenal. Conocido esto, Revere inició un recorrido a caballo avisando a los patriotas de las acciones británicas al grito de “the Regulars (así conocían a las tropas del rey Jorge) are coming!”, lo que permitió que se prepararan las defensas y se ganase la batalla, protegiendo el arsenal y evitando que figuras tan importantes como John Hancock cayesen en manos británicas. Al terminar la guerra, la hazaña de Paul Revere fue celebrada y pasó a la historia de los EEUU, convirtiéndose en una leyenda nacional. Bien es cierto que la historia tampoco ha sido justa en este caso, pues Revere contó con el apoyo de otros dos jinetes, William Dawes y Samuel Prescott, cuyos nombres han quedado olvidados. Buena parte de culpa de la fama que la figura de Revere ha obtenido la tuvo el poeta Longfellow, que en su obra “Paul´s Revere ride” puso las bases de su leyenda.

España, en cambio, y como es bien sabido, gusta más de olvidar a los protagonistas de su historia, y, en caso de recordarlos, prefiere hacerlo para censurarlos y vituperarlos. Por ello no es de extrañar que el nombre de Pedro Serrano nos sea desconocido, al igual que lo es buena parte de nuestra historia, sobre todo porque muchos llevan varias décadas considerando que ésta empieza en la guerra civil. Empero, estamos en años de bicentenario de otra de nuestras guerras, una de las más crueles pero también la más patriótica de nuestro acontecer histórico, que llevó a la nación española a luchar por un objetivo común, e incluso puso la bases de la libertad en nuestro país, evidenciando que no necesitábamos la tutela de un rey absoluto. Pero, como todo lo que habla de España y la nación española, ha sido relegada al olvido, poniendo el foco en otros hechos que magnifican lo que nos separa. Pedro Serrano fue protagonista del levantamiento que dio origen a la guerra de la independencia española tras la invasión napoleónica de 1808. Como todo el mundo debería saber, el 2 de mayo de 1808, tras haber forzado Napoleón a Fernando VII y Carlos IV a cederle la corona de España y habérsela entregado éste a su hermano José, las tropas francesas sacaban de España al último miembro de la casa real que aún quedaba en Madrid, el infante Francisco de Paula. El pueblo de Madrid, ante esta situación, y al grito de “¡Que nos lo llevan!” se amotinó contra las tropas de ocupación mandadas por Murat. La brutal respuesta francesa enardeció los ánimos de los madrileños y españoles que poco a poco iban conociendo la noticia. Ese día hizo que pasaran a la historia nombres como los de los capitanes Daoiz y Velarde, que apoyaron el levantamiento de las clases populares desde el Parque de Artillería de Monteleón, o lo de las mujeres Manuela Malasaña y Clara del Rey. Los políticos Juan Pérez Villamil y Esteban Fernández de León, éste último testigo directo de lo acaecido en la capital, urgieron a los alcaldes de la vecina localidad de Móstoles, Andrés Torrejón y Simón Hernández, a publicar un bando, previamente preparado por ellos, que llamase a todos los españoles a tomar las armas frente a los invasores gabachos. Este bando, a la vez declaración de guerra a Francia y petición de auxilio a los compatriotas, debía ser hecho público por los alcaldes ordinarios y demás autoridades de las localidades en que fuera recibido. En este punto aparece la figura de Pedro Serrano, jinete que ejercía de postillón (mozo que iba a caballo delante de las postas), y que se ofreció a transmitir y entregar copias del documento por los municipios del Camino Real de Extremadura. En dos días recorrió más de 400 km., cambiando de caballo en las diferentes postas, y llevando por localidades extremeñas y andaluzas la llamada a un levantamiento general armado que tras cinco años de guerra expulsará al invasor de España.

Contrasta, pues, lo poco que sabemos de este Pedro Serrano, y lo poco que nos hemos hecho eco de su nombre, con el papel otorgado al que, como él, llevó noticias de sublevación y rebeldía contra la opresión poco antes y a un océano de distancia, Paul Revere. Eso sí, creo que todos convenimos, conociendo a los americanos y conociendo España, que no resulta extraño ni la leyenda fabricada por aquéllos, ni el olvido al que hemos relegado a nuestro compatriota. Ambas circunstancias nos dicen mucho de ambos países, de cómo se ha construido su historia, y de cómo encaramos el futuro. ¿Las conclusiones? Que cada uno saque las suyas. Yo me limito a constatar la disparidad con que la historia ha tratado a ambas figuras.
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lunes, 2 de mayo de 2011

El 22 de mayo y la educación

Esta entrada quizá sea un poco “corporativista”, puesto que trata sobre las condiciones de trabajo de los docentes de CLM, pero creo que se pueden sacar conclusiones válidas para algunas cosas más, como por ejemplo la duda que siembran los políticos entre los ciudadanos de bien sobre si son unos mentirosos indecentes o simplemente están abducidos por un entorno de aduladores y lameculos que hacen que vean un mundo bastante distinto al real; en definitiva, si mienten conscientemente o se creen las mentiras que cuentan (véase el prejubilado ZP en Tenerife este fin de semana diciendo que “estamos luchando contra un paro que no hemos creado nosotros” ). Al tema. En el último número de la revista de ANPE CLM entrevistan a los dos candidatos principales a la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha: José María Barreda y María Dolores de Cospedal. Las preguntas versan, como es normal, sobre la situación de la educación en CLM, que es lo que interesa a esa publicación.

La entrevista a Cospedal tiene poco valor, porque, como aspirante que es, no dice nada, es decir, se limita a criticar la situación actual pero tampoco toma demasiados compromisos, escudándose para ello en que primero, en caso de ganar, tendrían que estudiar la situación de las cuentas de la Junta de Comunidades. Tan sólo se compromete a algo que no supondría un esfuerzo económico: reconocer al profesorado como autoridad pública. Todo lo demás, vanalidades y vaguedades: erradicaremos el fracaso escolar, recuperaremos las ganas de aprender y la cultura del esfuerzo, defenderemos la dignidad del docente, lucharemos por una escuela pública de calidad, blablablá. Del cómo va a hacer todo esto, nasti de plasti.

La entrevista interesante para mí es la de Barreda, al que tengo (es opinión personal muy poco fundamentada pues no he tratado con él personalmente) como una buena persona, aunque creo que los muchos años de gobierno socialista de CLM han creado una especie de “nobleza” política con una importante clientela (política, cultural, periodística, empresarial…) que controla todos los ámbitos de la vida ciudadana y que a menudo insulta la inteligencia de los ciudadanos con propaganda infame y declaraciones vergonzosas, lo cual no quiere decir que esos “insultos informativos” no nos los merezcamos (en democracia se tiene el gobierno que se merece). El caso es que, por lo que dice, la imagen que él tiene de la situación de la educación en CLM dista mucho de la real, o, al menos, de la que percibimos lo que nos dedicamos a esto. Hay una parte de la entrevista que me parece clave.

Pregunta: “Según una encuesta de ANPE, el 71% de los docentes de la región no está contento con cómo debe desarrollar su trabajo ¿Piensa remediar esta situación? ¿Cómo?”.

Respuesta:” No comparto ese diagnóstico. No es lo que me dicen los muchos docentes con los que hablo”.

Repito, “no es lo que me dicen los muchos docentes con los que hablo”. ¡El análisis de la situación de la educación lo realiza “hablando” con “muchos” docentes! Nada de encuestas ni fríos y esclarecedores datos (34% de fracaso escolar), lo importante a la hora de diagnosticar los problemas de la educación es servirse de la “vaselina” que le dan los propios diseñadores del desaguisado (consejeros, directores generales, asesores), los amigos y seguramente correligionarios políticos que se dediquen a esto y los pelotas que se le acercan en las inauguraciones. ¡Menuda representatividad del “gremio”! Pero es que la cosa continua. Por si alguien no lo sabe, este año en CLM no se convocan oposiciones para Maestros, a pesar de contar con una alta tasa de interinidad. Primero dijeron que no lo hacían porque en las comunidades limítrofes tampoco lo harían, evitando que viniesen en masa opositores foráneos. Cuando estas comunidades sí las convocaron, en CLM dijeron que no lo hacían “porque no se lo permitía la ley” (¿Y a las otras sí?). Vamos a la entrevista.

Pregunta: ¿Levantará la congelación de ofertas de puestos de trabajo?

Respuesta: No existe tal congelación (¿!)(…) Este año, y excepcionalmente, no se dan las condiciones para tal convocatoria. Así lo han entendido los maestros interinos, y así nos lo dicen. Me cuentan que en alguna región cercana los responsables de su sindicato han pedido que hagan allí lo que hace Barreda en Castilla La Mancha: defender a sus interinos”.

Extraigo de nuevo las expresiones más significativas: “…así nos lo dicen”, “me cuentan”. Quitando que para él (y para muchos más) defender a sus interinos es putear a los licenciados que no trabajan y que no tienen la oportunidad de presentarse a unas oposiciones, (es decir, casi imposible trabajar en x años, hasta que las convoquen), de nuevo recurre a que a él “le dicen otra cosa”. Pero ¿quién, amigo Barreda? ¿Dónde? ¿En el bar? ¿En los actos del partido? ¿En los pasillos de los sindicatos amigos? ¿Cuándo paseas por la calle? Ciertamente, la cercanía es un punto interesante para cualquier gobernante, pero en aras de la misma renunciar a la estadística y el análisis científico de tal manera que la realidad se pliegue a tus intereses es otra cosa. Entiendo que nos quieran “vender” una realidad manipulada y torticera, pero es que algunos, me temo, que es la que ven (porque quieren verla, claro) Todo esto me recuerda al cuento del traje nuevo del emperador. Ahora entiendo la vehemencia de sus discursos. ¿Qué es más peligroso, un gobernante obtuso, a merced de los que le manipulan, o uno manipulador, pero consciente de la realidad? Casi que me aterra más lo primero.

Tenemos unas elecciones autonómicas el 22 de mayo, y os reconozco que estoy hecho un lío. Como ciudadano, pienso que tras casi 30 años de gobierno socialista a CLM le vendría bien un cambio, pero, como profesor de la educación pública, ese cambio me da un poco de miedo; aunque similar pavor me produce que la cosa siga por los derroteros actuales, eso sí. Es más, de nuevo como ciudadano, creo que no sería malo que el PSOE perdiera las elecciones, aunque no sé si sería bueno que Cospedal las ganara (aquí, lo reconozco, me dejo influenciar por el monstruoso aparato mediático que la Junta y el PSOE han puesto en contra de esta mujer). Como educador, sé que el PSOE va a seguir ahondando en los mismo errores, que ni siquiera reconocen, e igualmente soy consciente de que el PP no va a cambiar nada, porque no le van a dejar ni para bien ni para mal (ya pasó en el 2003 con la famosa LOCE o, como yo la llamaba rememorando el gran film de Berlanga- q.e.p.d.- “Los Jueves, huelga de estudiantes”) Eso sí, como funcionario público, estoy seguro de que gane quien gane nos la va a meter doblada, aunque ha de señalarse que el primero en hacerlo ha sido el PSOE de ZP (que lleva un año tomado medidas que si las hubiese tomado el PP estaría España ardiendo; aquí vemos la coherencia de la ciudadanía española). Y más allá del “bipartidismo” ni pienso, porque no me siento nada cerca de IU, y de UPyD, que también se presenta, pues creo que sería “tirar” el voto, puesto que no va a sacar nada (que tampoco sería mala idea, aunque sería una solución “ponciopilatiana”, vamos, casi como no ir a votar o votar en blanco).

Como véis, incertidumbre por doquier, como supongo que una gran número de castellanomanchegos más. Pues nada, hasta el 22 de mayo nos lo seguiremos pensando, aunque yo desde hoy me declaro en huelga electoral de campaña, es decir, que pienso huir de la campaña electoral renunciando a ver y oir los informativos y renegando de los periódicos (ya ni las páginas de deportes me dan una alegría, ¡snif!) puesto que si habitualmente ya lo hago, en campaña más aún, de lo que digan unos y otros, ¡no me creo nada!
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