jueves, 29 de abril de 2010

Monty Python: recordando a Brian

Recuperamos a los Monty Python, que hace tiempo que no se pasan por aquí. Y esta entrega será especial. Al primer video, un sketch tan surrealista como divertido, del tipo al que nos tienen acostumbrados, le añado el discurso de despedida de John Cleese en el funeral de su compañero Graham Chapman, que para todos los amantes de los Python siempre será Brian. Tras escuchar el discurso, entenderéis por qué he elegido el sketch del loro muerto para acompañarlo.

Chapman murió en 1989, a la temprana edad de 48 años. Con problemas con el alcohol desde los setenta, en sus últimos años fue un activista por los derechos de los gays, siendo precisamente una de las primeras personas públicas que reconoció su homosexualidad en un programa de tv en directo, con el impacto subsiguiente en aquellos años 80. Tras el discurso de Cleese que podemos ver en el video, Eric Idle, otro de los Python, despidió a Chapman cantando "Always Look at the bright side of life" (estupendo himno para un funeral). Sin duda uno de los funerales más extraño y divertido de todos los tiempos; no podría ser menos, claro, tratándose de quien (quienes) se trataba.





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domingo, 25 de abril de 2010

Pacto educativo

El jueves se hizo público un documento del Ministerio de Educación que daba cuenta de los objetivos y propuestas del Pacto social y político por la Educación. Es el resultado de los esfuerzos del ministro Ángel Gabilondo y su equipo por llevar a cabo una nueva reforma educativa pero, a diferencia de las anteriores, basada esta vez en el consenso. Para lograrlo, tras variadas declaraciones públicas y reuniones con partidos políticos y otras instituciones, presenta este compendio de propuestas resumidas en un preámbulo, doce objetivos para la década 2010-2020, una exhortación a la implicación de todos los sectores en este proceso, así como la forma en que pueden contribuir al mismo, y una memoria económica con que dotar de la financiación necesaria a la reforma.


Es hora de sumar. Hasta ahora las distintas leyes educativas han sido un fracaso porque todo el mundo se ha mirado el ombligo y ha intentado, o bien imponer su criterio, o bien dinamitar las propuestas del “enemigo”. Y esto ocurría porque en realidad no se pensaba que este asunto fuese importante. La irresponsabilidad de la que han hecho gala nuestros políticos en numerosos temas se muestra de forma clara y nítida en el ámbito educativo. Y no sólo los políticos: sindicatos, medios de comunicación, incluso la gente de a pie… han utilizado el debate sobre la educación para tirarse los trastos a la cabeza y dar salida a sus frustraciones arreándole al que es de opinión contrario. Incluso si nada tiene que ver con la educación, se le arrea. Se ha ido poniendo el acento en los aspectos menos importantes y más demagógicos de la educación: que si la igualdad, que si el idioma vehicular, que si la religión, etc. Asuntos de poco calado real en la educación, pero que tienen tirón político. Un cúmulo de egos enfrentados con el único objetivo de satisfacer sus propios intereses electorales; empeñados en auto-complacerse ideológicamente enfrascados en discusiones bizantinas que nada tenían que ver con la realidad educativa. Y ahora, y ya es un avance, nos damos de bruces con la realidad: un sistema educativo caótico, inútil, impotente; repleto de eslóganes y palabrería barata en la legislación pero lleno de alumnos mal formados, consentidos unos y desesperanzados otros, y de profesores hastiados en los centros escolares, de donde la política y la burocracia han desterrado el trabajo y el saber. Era (es) soportable mientras esta situación sólo se daba en los centros; “allá se las apañen, para eso les pagan”, pensaban muchos. Pero ese material humano que se ha (de)formado en la desastrosa educación española va llegando a lo que podríamos llamar “la vida real”. Y tras constantes aldabonazos, al fin parece que alguien quiere abrir la puerta a la verdad, y ponerle solución. Sólo por eso ya tiene todo mi respeto y admiración el señor ministro, que en el principio no tuvo por algunas decisiones que a mí me parecían más de lo mismo. Ahora sí, ahora me ha demostrado, y todos lo debemos valorar, que al menos no tiene miedo de mirar a la cara a los verdaderos problemas de la educación en España y arremangarse para trabajar por solucionarlos. Es un principio.

Como decía, a diferencia de lo que ha ocurrido en las dos últimas décadas, es hora de sumar. La situación lo exige, porque es dramática. Y si esperamos un tiempo más viéndolas venir, puede que no tenga marcha atrás, lo que supondría el fin de toda esperanza para este país. Es hora de sumar. Por eso, los habituados a criticar por criticar, a exponer eslóganes dogmáticos que no llevan a ningún lado salvo al triunfo de la demagogia, los acostumbrados a únicamente preguntar “qué hay de lo mío”, que se abstengan de participar. Es hora de sumar. Analicemos las propuestas, veamos en qué estamos de acuerdo y en qué no, argumentemos los fallos que creamos que tienen, y planteemos las mejoras o modificaciones que pensemos necesarias con el afán de ponernos todos de acuerdo. Es hora de sumar. Espíritus vanidosos, cabezas cuadradas y poseedores de la verdad absoluta, échense a un lado. Partidos políticos, sindicatos, asociaciones de padres y madres, medios de comunicación, maestros, profesores, alumnos y alumnas, padres, madres, señores que pasan por aquí, españoles en general… es hora de sumar. Nos jugamos el futuro. Mientras no nos demos cuenta de esto, no llegaremos a un acuerdo y los problemas y carencias seguirán creciendo, el cáncer que ha devorado buen parte del sistema educativo se metastarizará en la sociedad, y los tratamientos serán cada vez más dolorosos y radicales, más destructivos, hasta que ya no se pueda hacer nada. Pero estamos a tiempo. Si tomamos conciencia estamos a tiempo. Si asumimos ya lo que nos jugamos estamos a tiempo. Y para ello debemos convenir primero que es hora de sumar.

He leído las propuestas del pacto, y yo también quiero sumar. Por eso voy a analizar algunos de los puntos desde mi subjetivo punto de vista, haciendo referencia en las cosas que se podrían mejorar, pero también en las que estoy de acuerdo y me renuevan la esperanza de que esta vez sí vayamos en la dirección correcta. No en que se solucionen todos los problemas, pues veinte años remando en la dirección equivocada no se enderezan de la noche a la mañana, pero sí en que empecemos a invertir el camino y poco a poco salir de las profundidades y respirar aire puro, fresco, que llene nuestros pulmones y nos permita mirar al futuro (a nuestra juventud, que es nuestro futuro) con optimismo y confianza.


Comienza el texto dando cuenta de los logros conseguidos en los últimos treinta años, y eso es bueno. El afán por transformar no debe partir de un impulso destructivo, pues se ha de identificar los aspectos positivos para que constituyan los cimientos de la nueva educación que queremos levantar. Efectivamente, la plena escolarización de los españoles comprendidos entre los 3 y los 16 años no sólo es un logro, sino que es una premisa sobre la que hemos de trabajar, puesto que es una realidad irrenunciable. Tras ello, plantea el deseo de que esta edad de escolarización se amplíe hasta los 18. En las propuestas posteriores no sugiere la escolarización obligatoria hasta los 18, sino que se fomente que los individuos, en el uso de su libertad, decidan mantenerse dentro del sistema hasta esa edad. Espero que al final se decida por esto, y no se apueste por la vía fácil, la de subir la edad obligatoria hasta los 18, pues ello redundaría en un aumento de los conflictos dentro de los centros educativos e induciría a las administraciones educativas a la molicie, al no ser necesario su esfuerzo e inventiva para convencer al alumnado de ese tramo de edad de la conveniencia de continuar su formación, sino simplemente “aguantarles” en los centros dos años más. Ya hay gente que ha manifestado su apuesta por la solución sencilla, simplista, cortoplacista e irresponsable, y me alegro de que el documento no se decante por ella, de momento. Si así lo hubiera hecho, difícilmente se le podría haber tomado en serio la voluntad de reflexión y consenso con la que asegura haber nacido. Es la senda adecuada.


Para mostrar la importancia del debate y la posterior reforma, se basa en previsiones que certifican la necesidad de una mejora en el rendimiento de los alumnos con el fin de que logren una titulación. Nos plantea que, en el horizonte del 2020-2025, el 85% de los empleos en los países desarrollados serán para personas cualificadas con una formación equivalente a formación profesional del grado medio o bachillerato. Teniendo en cuenta las actuales cifras de abandono escolar, es decir, de jóvenes que no consiguen siquiera el graduado en ESO, deben cambiar muchas cosas. Es importante, sin embargo, dejar claro que el éxito escolar no se traduce en la obtención de un título, sino en la verdadera adquisición de las habilidades y conocimientos que suponen la tenencia de ese título. En román paladino, se pueden “regalar” títulos, como se está haciendo (ahí tenemos los nuevos PCPI, en los cuales junto a la certificación de cualificación profesional se está “regalando”, como si el DVD de un dominical cualquiera se tratase, el título de la ESO). Centremos por tanto los esfuerzos por aumentar el éxito escolar, por conseguir que la mayoría obtenga un título, en el contenido que suponen esos títulos, y no en la tenencia o no del papel timbrado, a fin de no convertir al sistema educativo en una gran estafa.

El siguiente párrafo me ha resultado extraordinariamente interesante, por cuanto recoge una de las principales carencias que en el día a día tiene el sistema educativo post-Logse: “La cultura del trabajo, el esfuerzo y el respeto son valores en los que es preciso insistir. Los diferentes niveles educativos han de tener presente esta cultura y, a través de ella, persuadir a nuestros niños y jóvenes de su importancia, de su necesidad, de su indiscutible reflejo en los resultados finales. Pero hemos de ser conscientes que el esfuerzo del alumnado es un requisito necesario pero no suficiente, es imprescindible el esfuerzo de todos los agentes que, de hecho, intervienen en la educación de los más jóvenes para la consecución de objetivos educativos ambiciosos”. Lo único que cambiaría sería el verbo “persuadir” por el de “demostrar”, es decir, que se pueda valorar el trabajo en las distintas etapas educativas, y ello conduzca a la consecución de mejores y válidos reconocimientos para aquellos alumnos que han demostrado mayor disposición y ánimo para el estudio frente a aquellos que hacen gala de una total pasividad y actitudes irrespetuosas para con sus profesores y compañeros, negando la posibilidad del aprovechamiento de los recursos puestos a su disposición no sólo a él, sino a los que le rodean.


También es un punto para mí básico la llamada a todos los sectores para lograr solventar los problemas educativos a los que nos enfrentamos. Si al principio lo hace con todos los que forman parte de la comunidad educativa (profesores, padres, madres, alumnos, instituciones), en el objetivo 10 incluye a los medios de comunicación, protagonistas de la educación de nuestros jóvenes en igual medida (o mayor) que los propios centros y sus familias. Como dice un proverbio africano, “para educar a un niño hace falta la tribu entera”. Hace tiempo que sostengo que los verdaderos, más intrínsecos e irresolubles, problemas de la educación tienen su solución fuera del sistema educativo. Si hasta ahora los medios de comunicación para las masas tenían una responsabilidad enorme por la capacidad de (de)formar a los jóvenes, responsabilidad que siempre han eludido en aras del beneficio pecuniario, en la era de internet, que es un medio de masas para las masas, todos y cada uno de los individuos tienen esa responsabilidad para con la sociedad. Bien es cierto que no todos los ciudadanos pueden formar de manera adecuada, pues por desgracia muchos no siquiera son buenos ciudadanos, pero aquellos que comparten los ideales de justicia y libertad deben pasar más allá de la exposición “de boquilla” de esos valores y vivir conforme a los mismos. Su ejemplo es la mejor educación. Y si lo comunican de manera activa y adecuada mejor aún.

Bueno, quizá algún día de éstos continúe analizando algún otro punto del documento, pero por hoy es suficiente. Recordar para finalizar que tanto los que sólo hablan de “excelencia” como los que se empeñan en la inútil y sobrevalorada pedagogía logsiana, y que en realidad están llevando a cabo un debate ideológico y político y no educativo, están discutiendo sobre el sexo de los ángeles y no le hacen ningún bien a la situación. Esperemos que reflexionen y esto sea un punto de partida.

¿Véis? Es lo que pasa por comenzar una entrada un día y publicarla dos días después. Ya hay respuestas a la propuesta. Y, por desgracia, parece que los peores presagios, de nuevo, se cumplen. El primero, el ínclito Rascón, presidente de la dudosamente representativa CEAPA, y al que ya dedicamos un artículo (aquí), dice que no lo ve, no lo ve. Que no se les da un papel preponderante a los padres. ¡Pero si una de las principales causas del fracaso del fracaso educativo es que los padres “se han borrado” de la educación de sus hijos! Poco se puede esperar, de todas formas, del que me temo es un “profesional” de la burocracia y el combate ideológico (ideo-ilógico más bien) que ha demostrado varias veces que lo único que le interesa es que se cumplan sus planteamientos a rajatabla y poco más. El segundo Rajoy, que ha acusado al ministro de dejarse presionar por su partido y finalmente no ofrecer algunas propuestas que consideran básicas desde el PP, y que con las que supuestamente está de acuerdo el ministro. ¡Pues cuéntalas, Mariano, no tires la piedra y escondas la mano! (me ha salido un pareado sin haberlo preparado). El único que, a mi entender, ha entendido la importancia de la situación, ha sido el presidente nacional del sindicato docente ANPE, que, aunque señala que habría que discutir algunos puntos, tanto el documento como la predisposición es la adecuada. Así, sí. A ver si van tomando nota.

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miércoles, 21 de abril de 2010

Diálogos con la música: Carlos Núñez

A pesar de no contar con demasiado apoyo por parte de los visitantes de la web a tenor de los resultados que arroja la encuesta de la derecha, y tras pasar varios meses en el limbo, vuelve la sección musical de increiblebleble en homenaje a las músicas que me hizo descubrir Ramón Trecet en su programa Diálogos 3.

Aunque Carlos Núñez es un artista actualmente reconocido a nivel internacional y alguno de sus discos ha resultado ser un superventas, la primera vez que lo escuché en el espacio de Trecet aún era un músico de minorías. El considerado uno de los mejores gaiteros del mundo publicó su primer disco en 1996: A Irmandade das estrelas. En él sobresale la melodía del tema Amanecer, de una belleza inusitada, y el virtuosismo con que interpreta A irmandade das estrelas.

He de reconocer que me abalancé a comprar su siguiente álbum, Os amores libres, donde recorre de norte a sur la tradición musical española, fusionando los sonidos celtas gallegos con los flamencos andaluces en temas tan significativos como Jigs and Bulls. Su tercer disco, Mayo Longo, fue su consagración como artista mainstream, al conquistar las radio fórmulas con su precioso Pozo de Arán (aunque de ese disco a mí me cautiva Nana de lluvia). Tras esto, una recopilación (Todos os mundos), una vuelta al alma celta de Galicia (Almas de Fisterra), su colaboración en la banda sonora de Mar Adentro, que le animaría a grabar en el 2006 diversas versiones de música de cine (O son do mar) y antes, en 2004, el encuentro con músicos y músicas amigas en el disco Carlos Núñez & Amigos. Por mucho que me siga gustando su música, jamás podré olvidar la belleza de sus dos primeros discos, que fueron mi puerta de entrada a las “otras músicas”.

Qué difícil es hacer una selección de los temas de Carlos. Y no la haré por calidad, sino por lo que personalmente han significado para mí. Así, los dos primeros temas que le escuché, Amanecer y A irmandade das Estrelas, se me antojan incomparables al recordarme la sorpresa y el deleite que me produjo este contacto con otra forma de entender y hacer música
Por otro lado, las distintas colaboraciones con artistas de todo tipo (sus maestros Chieftains, Vicente Amigo, Phil Cunningham, Ry cooder, Dulce Pontes, o la Vieja Trova Santiaguera- por Dios, ese “Para Vigo me voy”, qué maravilla-) han sido una constante, y de ellas quiero destacar aquí Negra Sombra, donde Carlos Núñez y Luz Casal ponen música y voz a un poema de Rosalía de Castro, y el matrimonio perfecto entre la hipnótica voz de la cantante israelí Noa y las notas que Carlos alumbra con sus gaitas y flautas en A lavandeira da noite. Son tantos los temas que me apetece poner que no creo que sea la única vez que Carlos Núñez se asome a este rincón de la red de redes.

El futuro próximo es una aproximación del genio vigués a la música de Brasil. Esperamos, maestro.





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jueves, 15 de abril de 2010

No semos iguales, no.

Constitución Española. Artículo 14: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Este artículo de la Constitución todos sabemos que no se cumple, ¿verdad? En el día a día vemos casos que por ser habituales ya no nos sorprenden ¿Ejemplos? Ya sabéis, hay ciertas leyes (de tráfico, por ejemplo) que si uno pertenece a determinado grupo étnico-cultural, pues no se le aplican igual que al resto. O en el puesto de trabajo, sabemos que las faltas al curro de unos necesitan menos explicaciones que las de otros; pasa en todos sitios. O a la hora de optar a un puesto de funcionario, dependiendo de tu lugar de nacimiento y residencia, se te puede vetar “de facto”, justificando tal hecho en tu desconocimiento del idioma y cultura propios “del país” (que no es España, claro). El acceso a fondos y ayudas públicas, así como ganar concursos de obra públicos, tienen mucho que ver con la filiación política del organismo que ha de adjudicarla y la identificación y relaciones del postulante con esas ideas. Todos conocemos casos. O, dependiendo de las ideas políticas, las mismas declaraciones en boca de unos no significan lo mismo que en boca “de los otros”, algo que, por supuesto, vale para todos. O, y esto me ha llevado a escribir lo que leéis, si eres un juez famoso y caes bien a los autoproclamados chamanes nacionales de la verdad y la justicia, no tienes por qué ser juzgado, igual que cualquier otro hijo de vecino, con arreglo a las leyes y si hace falta se salta a la torera la independencia del poder judicial y la división de poderes y aquí paz y después gloria.

Es verdad absoluta e inmanente que la dedicación a determinadas actividades “intelectuales” (actor o actora, director o directora de cine, cantante o cantanta, escritor o escritora, político o política, y, sobre todo, periodisto o periodista) otorga poderes sobrenaturales que permiten discernir el bien y el mal de forma nítida y una clarividencia sobre todos los asuntos públicos que deberíamos dejar de gastar tiempo y dinero y renunciar a la soberanía popular, cediendo el uso de nuestras libertades a este grupo de predestinados por la providencia (y pido perdón por tal afirmación al tratarse de un conjunto predominantemente agnóstico cuando no ateo), que sabrían dirigir este país bastante mejor que los que hemos elegido (unas veces a unos, otras veces a otros) la caterva de ignorantes que estamos hechos los españoles. Porque al fin y al cabo, la división de poderes, la Constitución, la monarquía parlamentaria, John Locke (el de Perdidos no, “el otro”), Montesquieu, los organismos constitucionales, los referéndums y las elecciones no son más que elementos fascistas (fachas en nuestro caso) que impiden el verdadero progreso por la senda de la justicia, del que ellos han de ser luz y guía.

Por suerte, de momento parece que aún no se han salido con la suya, por mucho que lo intentan, pero, parafraseando al gran José Mota, andarán diciendo “tú dame hueco, que habiendo hueco, yo ya, ya…” Así que ya sabéis, panda de extremista de la ultraderecha, el señor juez Garzón, del que desconocemos si es culpable o no de lo que se la acusa (de momento es inocente, como todo ciudadano en un Estado donde prima tal presunción) está por encima de la ley. Tú, no. Él, sí. ¿Él? Sí. ¿Y tú? No, tú no. ¿Pero él? Sí, el sí. Así que… No, tú no. ¿Y él? Sí.

"Tras el 23-F sentar en el banquillo a Garzón es lo más gordo de la democracia", ha declarado Pilar Bardem. Me cagüen… Si el Tío la Vara fuese real, no había olivos pa toas las que iba a gastar.

¿Soy el único que piensa que la justicia debe ser independiente? ¿Qué sólo se deben resolver los asuntos judiciales en las instancias judiciales? ¿Que si se le acusa a alguien de algo ha de ser con pruebas? (lo último ha sido Álvarez Cascos acusando a la Policía de amañar pruebas, y el antiguo fiscal anticorrupción Jiménez-Villarejo, acusando a los miembros del Tribunal Supremo de ser cómplices de torturas) ¿Que si no se está de acuerdo con la ley, no hay que saltársela sino intentar cambiarla por los procedimientos adecuados, es decir, vía Cortes? Debe ser que sí, que somos pocos los que pensamos así, o que los que piensan lo contrario hacen mucho más ruido. Y ahora que lo pienso, esto de los encierros para forzar decisiones judiciales hasta ahora que, yo recuerde, lo hacían los que apoyaban a los terroristas… Vivir para ver.

Por cierto, que si hablábamos de personas por encima de la ley y personajes dotados de omnisciencia, hay una institución en España, que nos cuesta a todos mucho dinero para dar unos resultados bastante mediocres en comparación con sus homónimas europeas, que cree unir ambas condiciones: la universidad. Y gala de ello han hecho también en este asunto. ¿Es más grave aún porque se mantiene con el dinero de todos los españoles, a cuya inteligencia insultan y cuya soberanía quieren secuestrar? Ah, que los mismo hacen los “intelectuales”, al menos éstos. Entonces no pasa nada, ya sabéis, Dios los cría…

Para los aficionados a poner “etiquetas”, de Gürtel y toda esa vergonzosa trama de corrupción político-urbanística, o de Matas, que así en persona ya, ya parecía (pero de nuevo debemos ceñirnos a la presunción de inocencia) no voy a hablar aquí (de momento) porque creo que ya los medios de comunicación, que también tienen sus “preferencias” en los temas que tocan y no sólo en la forma en que los abordan, nos han informado con profusión de los mismos (excesiva, de nuevo saltándose a la torera el secreto de sumario, ante lo cual, por cierto, nadie ha hecho nada, y sí, si es a estos “sinvergüenzas”, a los que ya hemos condenado públicamente, pues no pasa nada, pero pongámonos en que esto nos ocurre a nosotros… la cosa cambia, ¿verdad? Las garantías judiciales deben ser para todos, pensemos que sean culpables o no), y, como en todo asunto sub iudice, tendrán que ser los tribunales los que dicten sentencia. Sí se agradecería una mayor ecuanimidad y seriedad en los dirigentes del partido acusado, y no el infantil argumento, “y tú más” recordando cosas que ya fueron juzgadas y sentenciadas. A propósito, ¿alguien vería bien que, no sé, hubiese un encierro de constructores, sastres de trajes de lujo, capitanes de yate y Norma Duval, a favor de Correa, el bigotes, “LB” y sus secuaces? Pues eso.

Hoy la polémica viene igualmente por el artículo del presidente de NNGG del PP, Uriarte, defendiendo a Bono. La estupidez partidista le ha obligado a cambiarlo, aunque él diga que ha sido cosa suya, pero si leíamos su escrito, no veíamos más que ideas muy razonables y argumentadas. Una pena que, como siempre, se antepongan los odios cainitas a la razón. Decía este hombre, polémico hace poco porque dio positivo en un control de Tráfico (al fin y al cabo ¿no dijo Aznar que el Estado no debía decirle a los ciudadanos cuánto debían beber para ponerse al volante en una de esas declaraciones post-presidencia “digo-lo-que-me-sale-de-las-narices-porque-ya-me-da-tó-igual”?), que Bono no tenía por qué dar explicaciones de su patrimonio si no había una denuncia legal de por medio, y que si alguien tenía pruebas de algún delito, sabe bien donde están los juzgados. “Yo no pienso juzgarle, que lo hagan los jueces en su caso", proclamaba con buen criterio en el articulo suprimido. “Ya se le está juzgando en las calles, y dará igual si al final no hay nada en esta teoría de corruptelas si con eso hemos conseguido destrozar la vida de alguien" continuaba el dirigente popular, refiriéndose a las acusaciones de enriquecimiento ilícito vertidas hacia el presidente del Congreso."Con mi partido se ha hecho hasta la saciedad, vinculando a gente honrada y de principios con chorizos que revoloteaban por nuestras sedes, pero se ha abierto la veda de la cacería al político sin más argumentos que la capacidad de relación, insinuación y mala intención del primero que tenga ganas", finalizaba, arrimando el ascua a su sardina, claro, no sin cierta razón. Pues nada, unas palabras cabales, sensatas y procedentes, son silenciadas porque depende de a quién se apliquen, resultan interesantes o no. Lo de siempre.

En todos sitios cuecen habas, pero lo único en que estamos todos de acuerdo… es que no todos somos iguales, y que algunos se empeñan en que lo seamos menos todavía, en vez de lo contrario.

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martes, 13 de abril de 2010

Les Luthiers: Radio Tertulia (II)

Hace ya dos meses que dejé "colgada" la última aportación de Les Luthiers a esta sección. Aquí tenéis, por tanto, las dos últimas partes de "Radio Tertulia". Por cierto, que en abril y mayo de nuevo están estos grandes de la música y el humor argentino por nuestro país, en concreto por el norte de España (Pamplona, cuyas entradas están agotadas, San Sebastián- a ver si algún asiduo lector que sabemos que está por allí tiene la suerte de poder acercarse- y Bilbao) con el espectáculo "Los Premios Mastropiero". Además preparan el reestreno en su país a finales de mayo de "Lutherapia". Lo que no saben es que ese tratamiento contra la mala leche consistente en paladear sus magníficas actuaciones lo llevamos administrando desde hace ya año y medio en este blog, jejeje.







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viernes, 9 de abril de 2010

Respuestas increibleblebles (VIII)

Tras la Semana Santa, otra nueva entrega de las Respuestas Increibleblebles. En este caso vamos a centrarnos en confusiones sin importancia, ligeras equivocaciones, infinitesimales alteraciones de la realidad histórica. Es normal sobre todo en exámenes de septiembre, que claro, tanto, tanto han estudiado que por pequeñas inexactitudes no se les va a condenar. Algunos ejemplos de estas pruebas extraordinarias donde el estudiante se juega el paso al curso siguiente, en este caso de Bachillerato (ojo, que la pregunta era para pillar, ¿eh?) son los siguientes:

“Napoléon: persona perteneciente al siglo XV que creía poder llegar hasta Asia navegando hacia el Oeste”

Claro, que estas erratas las puede cometer cualquiera, Napoleón, Colón… ambos terminan en –on al fin y al cabo. Hay confusiones más “elaboradas”:

“Napoleón: fue el que descubrió América pero le dijeron que estaba descubierta. Y cuando murió se enteraron que todo lo que habían dicho de que estaba descubierto era mentira”

Desde luego, pobre Napoléon, que descubre lo que no descubre porque ya estaba descubierto, pero después se niega que estuviese descubierto, pero claro, como ahora ya no está descubierto él tampoco lo ha descubierto. Normal que de la frustración le diese por conquistar Europa entera, al chaval.

Esta necesita una explicación. En el examen se preguntaba el Tratado de Tordesillas (ya sabéis, aquel por el cual Castilla y Portugal se reparten las tierras del Nuevo Mundo), pero el alumno/a decide responder, por su cuenta y riesgo, el de Alcaçovas-Toledo (lo cual quiere decir que habría estudiado, ¿no?, al fin y al cabo, este acuerdo entre castellanos y portugueses da carpetazo a la guerra civil castellana en 1479; sin embargo, no es oro todo lo que reluce):

“Tratado de Alcaçovas-Toledo (recuerdo que en el folio del examen ponía Tratado de Tordesillas): es un tratado por el cual España deja entrar a las tropas napoleónicas de Colón que se dirigen a Portugal”


Y esa que por quítame allá unos años, o unas décadas, o tres o cuatro siglos, qué más dará:

“Tratado de Tordesillas: 1494. Tratado mediante el cual los representantes del absolutismo hacen firmar a Isabel II la constitución de 1812”

El caso es que la fecha del Tratado la clava, aunque la coherencia interna de la respuesta deja algo que desear…

Ya que se ha hablado de Napoleón, continuemos con él. Recordad que llegó al poder gracias al golpe de Estado del 18 Brumario del calendario revolucionario (9 de noviembre según nuestro calendario gregoriano), acabando con la época del Directorio e inaugurando el gobierno del Consulado. Al inquirir en una prueba sobre tal acontecimiento, nos encontramos con esta surrealista respuesta:

“Golpe de Estado de 18 Brumario: se hizo en el consultorio, había dos golpes, el de 3 brumarios y el de 18 brumarios”.

Para terminar, apuntamos hacia otro de esos conceptos básicos de la historia de los dos últimos siglos: el Marxismo. Fruto de la mente de Marx en colaboración con Engels, ¿podríamos afirmar que…?

“los iniciadores del marxismo fueron dos un alemán judío y su amigo Ángel”

La confianza que cogen los alumnos de tanto estudiar historia. Como aquel jugador del Betis llamado Faruk Hadzibegic al que la afición llamó Pepe, no se conforman con castellanizar el nombre de pila del colaborador de Marx, usando el viejo y elegante “Federico Engels”, sino que han llegado a tal nivel de complicidad con los personajes que estudian que directamente le bautizan como Ángel… el amiguete Ángel… Angelito. Supongo que el amigo sería “Charly” o “Carlitos” Marx.

¿Y qué nos legó Marx y su pensamiento? Entre otras cosas, el materialismo histórico, un marco teórico aplicable a la historia humana con la intención de analizarla científicamente. O al menos, eso pensaba, hasta leer lo siguiente:

“ Materialismo histórico: se da durante el marxismo y consiste en que la gente de la epoca solo se preocupaba de tener dinero embezde querer libertad como reibindicaba Marx”

Por la ortografía y sus inquietudes revolucionarias éste será un gran autor de pintadas callejeras, seguro.

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domingo, 4 de abril de 2010

Decir tonterías es gratis... o hasta te pagan (y un pastón)

Declaraciones de la Ministra de Cultura (¿?) Ángeles González-Sinde en relación al (por otra parte nada fundamentado) rumor de que las productoras norteamericanas se planteaban no distribuir DVD´s de sus películas en España debido a la piratería: "Tradicionalmente, en los países mediterráneos es dificil hacer entender que las cosas inmateriales pueden tener el mismo valor que las materiales".

Aunque para cualquiera con dos dedos de frente (a no ser que estén invadidos por dos cejas en forma de ^) estas palabras sólo pueden llevar a la risa o a la indignación (depende del "callo" que cada uno haya hecho ya en su maltratada mente), permitidme que haga un comentario a esta aseveración, recordando las palabras que un antiguo profesor le espetó a un compañero de colegio años ha: "tú eres tonto(a) y en tu casa no lo saben... ves, llámalos por teléfono, y se lo dices". En la anécdota original el por otra parte buen chaval se marchó de la clase, llamó a su domicilio como le habían ordenado, pero en ese momento no se encontraba nadie en su casa al que comunicar el descubrimiento/confesión. Supongo que si llamase la ministra y se lo cogieran, le contestarían que algo ya sospechaban, ya...

Esta mujer o es tonta (que dice tonterías, aunque la mamá de Forrest Gump incluyese la acción y omitiese la palabra como elemento definitorio del sujeto merecedor de tal consideración) o se cree que somos gilipollas (con perdón). El caso es que ahí está, de ministra. ¿Qué? ¿Cuánto decís que cobra un ministro? ¿Y reparte miles de millones en subvenciones según criterio propio, filias y fobias personales, sin dar explicaciones? Ay, madre, que va a ser lo segundo, que los tontos somos nosotros y nos la están metiendo doblá... Bueno, tampoco es que esto sea nada nuevo.


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sábado, 3 de abril de 2010

Yo no estuve allí: La Lanza del Destino (II)

Carlomagno se convirtió en Emperador cuando fue coronado por el Papa León III en el año 800. Antes, desde 768, era rey de los francos. Según la leyenda, Carlomagno blandió la lanza del destino en 47 campañas victoriosas. De nuevo las fuentes difieren aquí sobre cómo consiguió la lanza. Mientras unas aseguran que era propiedad familiar, pues ya Carlos Martel la había enarbolado en la batalla de Potiers (732) frente a los musulmanes, otras aseguran que fue un regalo del Papa León III. En este último caso, el arma se conocía como Lanza de San Mauricio, pero se aseguraba que fue utilizada por el emperador Constantino en sus batallas. Aparte del poder que otorgaba la reliquia a quien la poseyera, también tenía una maldición: aquel que la perdiera pagaría por ello con su vida. Precisamente, Carlomagno es la primera víctima conocida de la maldición, pues la dejó caer vadeando un arroyo en Aix-la-Chapelle, en el año 814, muriendo poco después.

A partir de Carlomagno la Lanza de Constantino pasa por las manos de diversas monarquías y grandes casas nobiliarias europeas (los reyes sajones de Inglaterra, la Casa de Borgoña) hasta que en el siglo X nos la encontramos en manos de Enrique el Pajarero, fundador de la casa real de Sajonia. De éste, pasaría a su hijo, Otón I el Grande, coronado emperador por el Papa Juan XII en 962, hecho que se considera el inicio del Sacro Imperio Romano Germánico, toda vez la idea imperial se había venido debilitando desde Carlomagno y la división de su imperio entre sus hijos. Aunque sabía que existía otra Santa Lanza, que podemos llamar de Longinos, en Oriente, creyó que su lanza, la supuesta de Constantino, el había llevado a la victoria sobre sus enemigos, y regaló una copia de la misma a los reyes de Hungría y Polonia (otras fuentes dicen que fue Enrique II el que hizo este regalo). Una de estas copias sería la que se conserva hoy en día en Cracovia (Polonia)

El nieto de Otón el Grande, Otón III, añadió a la lanza un clavo, supuestamente uno de los que sujetaron el cuerpo de Cristo en la cruz, cosiéndolo a la punta con hilos de oro, plata y cobre. Recordemos que la original Lanza de Constantino había sido hecha a partir de uno de los clavos de Cristo (que en principio, al menos los que encontró Santa Elena, eran dos), con lo que si efectivamente ésta fuese la original lanza de Constantino el Grande, ambos clavos encontrarían unidos en el arma. La posesión de la lanza por parte de la dinastía de Sajonia como elemento de justificación divina del poder fue un importante elemento propagandístico en la llamada Guerra de las Investiduras. Igualmente, la dinastía heredera de la anterior, los Hohenstauffen, la utilizaron de manera similar en los inicios de la lucha entre güelfos y gibelinos, que dividieron a Italia dividida durante varios siglos.

El primer Hohenstauffen, Federico I Barbarroja, fue otra víctima de la maldición de la lanza: vadeando el rio Cidno, en Asia Menor, en el año 1190, la dejó caer y murió ahogado. Su nieto Federico II, tras asegurarle el Papa Gregorio VII que la lanza era la que atravesó el costado de Cristo, la llevó a Nuremberg, donde fue custodiada durante 500 años hasta la llegada de Napoleón. En 1350, Carlos IV, emperador germánico de la casa de Luxemburgo, grabó en la lanza la leyenda Lancea et clavus domini (lanza y clavo del Señor) y el Papa Inocencio VI estableció oficialmente su veneración como la Lanza de Longinos.

Pero volvamos en el tiempo y a Asia. En 1204, durante la Cuarta Cruzada, los caballeros occidentales atacaron el imperio bizantino y tomaron Constantinopla, fundando el Imperio Latino de Oriente. Uno de sus emperadores, Balduino II, vendió en 1241 la punta de la lanza (¿la de Constantino?¿La de Jerusalén encontrada por Santa Elena? ¿La de Antioquia recuperada durante la Primera Cruzada? ¿Otra totalmente distinta?) al rey Luis IX de Francia (San Luis), que construyó la Sainte Chapelle para albergarla junto a la corona de Espinas. Allí estuvo hasta la Revolución Francesa, cuando fue trasladada a la Biblioteca Nacional Francesa. Actualmente la corona de espinas está perdida (lo que ahora llaman así es una guirnalda, en conmemoración, supongo) y de la lanza poco se sabe. Eso sí, en el siglo XIV un peregrino decía haber visto las puntas de Paris y Constantinopla y que esta última parecía mucho más antigua que la francesa.

Otra vez a viajar. Hasta ahora una ciudad ha sido la más importante en “número de lanzas”: Constantinopla. Retornemos a ella. En el 1453 cae en manos del Imperio Otomano. Con la ciudad, el asta de la lanza (que o es la de Constantino sin la punta, que a saber dónde está, o es el asta de la de la encontrada por santa Elena, trasladada desde Jerusalén a Constantinopla, donde supuestamente estaba la punta, de la que tampoco nada se sabe entonces, a no ser que una de las dos puntas fuese la de París, que no parece por los testimonios antes comentados, aunque esto fue lo que aseguró el Papa Benedicto XIV en 1700, al considerar que esta punta se complementaba perfectamente con el asta que nos ocupa). En 1492 el papa Inocencio VIII intercambió este asta por el hermano del sultán Bayaceto, y desde entonces se encuentra guardada, junto con otras reliquias de dudosa autenticidad como la Verónica en el interior de uno de los cuatro grandes pilares de San Pedro del Vaticano.

Regresemos a la de San Mauricio, o “de los Habsburgo”. La habíamos dejado en Nuremberg. A principios del siglo XIX, con Napoleón adueñándose de Europa, sacan la reliquia de la ciudad alemana y va a parar a Viena, a la colección de Tesoros Reales de los Habsburgo, conocida como la Schatzkammer (Cámara de los Tesoros). Allí es donde la vió Adolf Hitler por primera vez en 1909, y donde comenzó una obsesión de la que hablaremos posteriormente. Si hemos de concluir en relación a esta pieza que es la que mejor se conoce, desde su posesión por Carlomagno en la actualidad (está en Viena, en el Palacio Hofburg), aunque el problema es que hay pocas probabilidades de que ésta que le llegó a Carlomagno fuese la original de Longinos.

Como vemos, en la actualidad podemos ver cuatro lanzas, la de Cracovia (una copia de la de Viena), la de Echmiadzin (de dudosa historicidad), la del Vaticano (a la que ni siquiera el Papado le hace mucho caso) y la de Viena (la más interesante y de más largo y conocido recorrido histórico, pero que difícilmente es la original). Aunque abundaremos en esta cuarta lanza y su relación con Hitler en un próximo capítulo, la conclusión a la que podemos llegar es que la lanza original de Longinos, si existió, jamás ha sido encontrada, pero su recuerdo, identificado como reliquia en otros objetos ha tenido un gran poder e influjo en la historia de la cristiandad en particular y de la humanidad en general.


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viernes, 2 de abril de 2010

Yo no estuve allí: La Lanza del Destino (I)

La Lanza del Destino, también llamada de Longinos. En realidad, como descubriremos, habría que decir las lanzas del destino. El arma con la que fue atravesado el costado de Cristo en la cruz, y que desde entonces se ha convertido en una de las reliquias más importantes de la cristiandad, sólo superada por el Santo Grial y la Sábana Santa. Con los años este arma se ha convertido no sólo en una reliquia cristiana, sino en un objeto de poder sobrenatural que asegura a su poseedor la victoria sobre sus enemigos y ha sido buscada, encontrada, y blandida por multitud de personajes ávidos de gloria y poder, caso de Carlomagno, Federico II Barbarroja, o el propio Adolf Hitler. Vamos, pues, con la historia de la Lanza del Destino. Advirtamos antes que, más que con la historia de una reliquia, nos encontraremos con la aparición de varias lanzas en determinados momentos históricos que fueron identificadas por sus dueños como la verdadera arma que traspasó el costado del crucificado. Pero empecemos por cómo aparece esta reliquia en la tradición cristiana.

Como ya narré aquí, los judíos no querían que el sábado de la Pascua hubiese crucificados, por lo que pidieron que se diese muerte a los condenados y fueran retiradas las cruces y los cadáveres. Cuando se quería que un crucificado muriese pronto, se le quebraban las piernas y al no poder tomar impulso para exhalar el aire, se asfixiaban. Eso les encomendó Pilatos a sus soldados, que así lo hicieron con los dos ladrones que estaban crucificados junto a Jesús, pero llegando a éste, vieron que ya había muerto. Uno de ellos, le atravesó el costado con una lanza, y manando de él sangre y agua, comprendieron que había muerto. Éste sería el origen de la lanza del destino, narrado en Jn. 19, 31-34. El Evangelio de Juan es el más original de los cuatro, no en vano a los otros tres se les llama sinópticos porque son parecidos. En ellos no se narra la escena de la lanzada, pero sí que se cuenta cómo el centurión romano que custodiaba a los condenados, al ver morir a Jesús, exclamó “verdaderamente era Hijo de Dios” (Mc. 15, 39; Mt. 27, 54) o “verdaderamente era un hombre justo” (Lc. 23, 47). La tradición ha identificado a este centurión con el soldado de la lanzada, y en el evangelio apócrifo e Nicodemo, del siglo IV, se le bautiza como Longinos (derivado de la palabra griega logjié, que significa lanza). A partir de entonces se le han atribuido diversas historias casi milagrosas, como que le comunicó a Pilatos que se había equivocado en su veredicto, que cuando le clavó la lanza, al salpicarle sangre de Cristo se le curó un ojo que tenía enfermo, o que se convertiría en ermita en Capadocia, donde sería martirizado y por ello alcanzaría la santidad (dentro del martirologio romano se le cita como San Longinos).

En cuanto a la lanza, el arma habitual de los legionarios romanos era el pilum, una lanza arrojadiza, pero también existía el hasta longa, más larga y que se asemejaría más a lo que nosotros entendemos como lanza y a la propia historia de la lanzada de Cristo. Estas lanzas tenían una punta metálica de entre 25-30 cm., astil de madera y regatón metálico en el extremo inferior, de modo que medirían en total entre 1´80 y 2´60 metros.

Vayamos pues con la odisea de la reliquia hasta nuestros días.

Empezamos con la historia de “una” de las lanzas. Una vez Jesús fue sepultado (y resucitado para los creyentes), la lanza fue guardada y escondida por las primeros discípulos de Cristo. Tras la rebelión judía del 66 liderada por Simón Bar Giora y Juan de Giscala, el emperador Tito entró en Jerusalén y destruyó la ciudad hasta sus cimientos. Los cristianos, antes de la entrada de las tropas romanas, se llevaron la lanza a Antioquia, en la actual Turquía, una de las ciudades más importantes del cristianismo primitivo. Pasarán casi mil años hasta que se sepa algo de esta lanza antioquiana. Tras la expansión y control musulmán del Próximo Oriente, la ciudad será alternativamente controlada por el imperio bizantino y por pueblos musulmanes, llegando hasta la dominación selyúcida en 1085. En el transcurso de la Primera Cruzada, en 1098, los cruzados comandados por Godofredo de Bouillon logren recuperar la ciudad para la cristiandad. Sin embargo, una vez tras sus murallas, tuvieron que hacer frente al cerco selyúcida. Los cercados estaban en una situación desesperada, sin provisiones y sin agua, y en una gran inferioridad numérica frente al enemigo. Las fuentes difieren aquí sobre si fue un soldado el que dijo haber tenido una visión en la que San Andrés le había indicado que la Lanza del Destino estaba bajo el suelo de la Catedral de San Pedro, o si fueron unos cristianos orientales los que advirtieron de su presencia a los cruzados escondida en la propia muralla de la ciudad. El caso es que la lanza fue encontrada, y, a modo de milagro, esto dotó de un ardor guerrero a los sitiados que a pesar de su inferioridad y crítica situación lograron romper el cerco musulmán y salvar la ciudad, que se convertiría en la capital del nuevo Principado Cristiano de Antioquía. En Echmiadzin, Armenia, se conserva un objeto que aseguran es la lanza encontrada por los cruzados. Sin embargo, según otra fuentes, los cruzados finalmente la donarían al imperio romano de oriente, al emperador bizantino, y, por tanto, viajaría a Constantinopla. Sin embargo, en Constantinopla ya existía otra Lanza del Destino…

Volvemos atrás, y “olvidamos” lo dicho hasta ahora. En efecto, la lanza sería custodiada por los primeros cristianos, y en concreto por José de Arimatea, el rico judío miembro del sanedrín pero discípulo de Jesús. Éste fue recopiló una suerte de “tesoros de la vida de Jesús”, caso del Grial, la lanza, la cruz, los clavos, la corona de espinas y el Sudario de Cristo. Este tesoro estaría en manos de los primitivos cristianos hasta la ya aducida toma de Jerusalén por Tito en el año 70. Alguna tradición de la época sitúa la lanza en manos de San Mauricio, el comandante de la conocida como legión tebana, martirizado por el emperador Maximiliano a principios del siglo III por negarse a perseguir a los cristianos. Llegando el siglo IV, la madre del emperador Constantino, Santa Elena, organizó la búsqueda del Santo Sepulcro en Jerusalén. Debía ser una arqueóloga de excepción (¡y en el siglo IV!) porque encontró todas las reliquias las del supuesto “tesoro” de José de Arimatea bajo un templo dedicado a la diosa Venus. Bien es cierto que la Santa no llevó la Lanza (ni la Vera Cruz, por ejemplo) a Roma, por miedo a cometer sacrilegio, pero no tuvo reparos en llevarse los clavos de Cristo. Santa Elena ordenó erigir una basílica en ese lugar, donde se alza actualmente la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén. En el siglo VI, una tal Antonino (San Antonio de Piacenza), peregrinó a los Santo Lugares, declararía haberla visto en la Basílica del Monte Sión, en Jerusalén. Según nos cuenta el Chronicon Pasquale, cuando en el siglo VII el rey persa Corroes saqueó Jerusalén, se hizo con las reliquias. Empero, un cristiano fue capaz de partir la lanza y sacar de la ciudad la punta, entregándosela al patriarca Nicetas que la llevó a Constantinopla. Cuando en 631 el emperador bizantino Heraclio recuperó Jerusalén, también lo hizo con la parte de la lanza que allí estaba, el asta, pero dejó la punta de la lanza en la capital de su imperio, primero en la Catedral de Santa Sofía, y posteriormente en la Capilla de los Faraones.

El hijo de Santa Elena, el emperador Constantino, se había convertido al cristianismo tras una visión la víspera de su decisiva victoria frente a Majencio en la batalla del Puente Milvio (28 de octubre de 312) donde se le presentó el símbolo de la cruz (más concretamente el lábaro o crismón) y la leyenda “In hoc signo vinces” (con este signo vencerás). Posteriormente, en 313, publicó el Edicto de Milán, que despenalizaba el cristianismo, religión prohibida y perseguida hasta ese momento en el imperio. Pues bien, Constantino, con uno de los clavos de Cristo, se hizo una segunda lanza, al no poder poseer la “original”, llamada desde entonces “la Lanza de Constantino”. Ésta fue considerada también como un objeto de poder, y se mantuvo bajo la custodia de los emperadores bizantinos, al igual que la de Jerusalén.

Llegados a este punto llevamos, ¿cuántas? ¿Tres, cuatro lanzas? Pues en el próximo artículo de esta serie descubriremos otra.
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jueves, 1 de abril de 2010

Semana Santa 2010 (II): ¿Razón y Fe?

¿La lanza del destino? Sí, estoy en ello, estoy en ello. Pero como para empezar a escribir ese artículo he desempolvado todos los libros que tratan sobre los misterios que rodean al cristianismo y a la figura histórica de Jesús, me han entrado ganas de hacer algunas consideraciones. Cientos de autores se han ocupado de estudiar al Jesús histórico, los primeros años de la Iglesia, la historia de la Institución llamada Iglesia, las bases históricas de las escrituras, etc. Todos lo abordan con un método científico y riguroso, o al menos eso dicen. Lo dicen, y seguramente lo dicen de verdad. Otra cosa es que sea verdad, porque quizá ellos sólo piensan que es verdad. Cuando estudiaba las bases filosóficas de la historia, en mis tiempos de Universidad, una idea me quedó muy clara: la objetividad es imposible. Esto no está reñido con el rigor científico, ni mucho menos, pero “yo soy yo y mi circunstancia”, como decía Ortega y Gasset. Por eso, y no sólo en la historia, sino en toda ciencia (esa es una de las cosas que también me quedó claro en aquellos años, la historia es ciencia) el investigador siempre encuentra lo que quiere. No es que tergiverse las pruebas científicas con intención de demostrar sus hipótesis, pero sí que construye toda su investigación en torno a esas hipótesis que dan sentido a todos sus actos y dirigen sus pasos, con la intención de demostrarlas o refutarlas. Esto es más acusado aún en asuntos difíciles de demostrar científicamente por la escasez de pruebas, la poca fiabilidad de las fuentes, la multiplicidad de interpretaciones y la apelación final a elementos que se escapan a la razón humana, como es el caso de lo relacionado con la religión.

Viene esto al caso porque a pesar de las intenciones científicas, y no dudo que sinceras y con buena intención, de todos los que se adentran en el misterio histórico cristiano en sus múltiples facetas, parten de una visión personal que siempre se convierte en intención final: o creen o no creen. Ojo, que nos pasa lo mismo a los lectores, no sólo a los estudiosos: somos mucho más proclives a creer las pruebas científicas de los que corroboran nuestra opinión que lo contrario. Es algo muy humano y de lo que no se puede renegar. Otra cosa es el fundamentalismo y no ceder un ápice a pesar de que todas las evidencias estén en su contra. Para ratificar esto, en la mayoría de los estudios y ensayos que he leído y que ponen en duda ciertos aspectos de la figura de Jesús, dan como válidos otros, que forman parte de su cuerpo de “pruebas” para enjuiciarlos, que son tan dudosos, o más, que los de la propia tradición cristiana. Así ocurre con argumentos que se basan en la gnosis, una supuesta tradición paleocristiana luego retomada por merovingios y templarios, o, como es el último ejemplo que he leido, la propia religión judía.

Este último ejemplo del que hablo es el que me ha animado a escribir estas líneas. Se trata de un libro de Juan Arias, periodista de El País y reputado investigador de todos los temas relacionados con la religión cristiana y con la Iglesia católica. En su obra La Biblia y sus secretos (Santillana, 2004 y Círculo de Lectores, 2005), en un pequeño apartado titulado "Ni Mesías ni Hijo de Dios" aborda la figura de Jesús desde el punto de vista judaico. Asegura que Jesús fue, sobre todo, un judío (y quien lo dude en la actualidad es tonto de toda tontez). Vale, bien. Y posteriormente acomete el estudio de los epítetos atribuidos a Jesús en los Evangelios (hijo de Dios, Mesías, Cristo) y los relaciona con su significado judío. Muy bien. Es interesante. Pero, por último, postula que el cristianismo (aunque él se centra en la Iglesia Católica, olvidando que hay cientos de millones de cristianos no católicos, y eso dice mucho de su visión del problema), para “cuadrar” con la tradición judía, debería renunciar al carácter divino de Jesús, que sólo fue, por tanto, un hombre, excepcional, eso sí, pero un hombre. Apunta también que la religión cristiana no es más (ni menos) que una prolongación de la judía (lo cual no es del todo cierto, porque las palabras de Jesús reformulan muchos aspectos del judaísmo, pero bueno, desde luego Jesús era un judío, por lo tanto la base del cristianismo es hebrea). Y aboga porque algún Papa (olvida de nuevo a millones de cristanos) se “atreva” a poner en solfa el dogma de la divinidad de Jesús. En este razonamiento, sin embargo, yo echo en falta otra vertiente: ¿por qué se ha de tomar como base científica, es decir, verosímil, la tradición judía, y no la cristiana? ¿Por qué no se ha de aceptar la divinidad de Jesús como la culminación de la revelación del dios judío? Claro que entiendo que se haga más difícil creer en Dios que se ha hecho persona, que en una persona que transmite un mensaje pero no es nada más que un ser humano. Claro. Pero ahí está el quiz de la cuestión, “creer”. Se tata de fe. La realidad histórica religiosamente pertinente, muy resumida y sin más, está en las sencillas enseñanzas de Jesús “un mandamiento nuevo os doy: amaos los unos a los otros como yo os he amado (Jn. 13, 34)”. Si te parece bien, bien, si no, pues vale. Es cuestión de fe. Pero sin embargo da rango de autoridad a una tradición como la judaica que, en aras de lo políticamente correcto actualmente, y como él mismo significa en el libro, es tremendamente racista, pues se trata de un solo pueblo elegido, mientras que Jesús universaliza su mensaje.

Y si nos enfrentamos a pruebas científicas nos pasa igual no creáis. Un ejemplo fuera del ámbito cristólógico sería el del mapa de Vinlandia. Supuesto mapa-mundi del siglo XV copiado de un original del XIII, representa una masa de tierra al otro lado del Atlántico a la que llama “Vinlandia” (tierra de vides) y que sería, claro, América. Esto demostraría que Colón no fue el primer occidental en llegar a América. Claro, de que sea falso o no el documento no depende si Colón fue o no el primer europeo en pisar América (seguramente no lo fue, pero sí el que comunicó ambos mundos), pero algunos se lo toman tan a pecho que existen voces a favor y en contra de este mapa: para algunos es más falso que un billete de siete euros, y para otros es la prueba irrefutable de la presencia vikinga en América. Y por muchos estudios científicos que se hacen, cada uno sigue en sus trece, también porque hay intereses detrás que seguramente no tergiversan nada, pero sí determinan la postura personal de muchos mientras no surja la prueba que demuestre absolutamente su veracidad o falsedad, cosa que difícilmente va a ocurrir porque siempre es fácil sembrar dudas sobre todo: el documento, la tinta, los estudios, las condiciones de conservación, las condiciones de los estudios y pruebas científicas, los intereses de los que llevan a cabo los estudios y pruebas científicas, etc. Otro ejemplo: la llegada del hombre a la luna. La mitad de la humanidad cree que es cierto, la otra mitad que es mentira (yo estoy en la primera mitad) Y no nos ponemos de acuerdo. Pues si en estos asuntos “menores” (que no lo son, sólo en comparación con la dimensión histórica del cristianismo) así ocurre, qué deciros de con los que nos ocupan.

Por supuesto no debemos desesperar en nuestra búsqueda de la verdad, pero igual que hay que basarse en las pruebas científicas para conocer y descubrir ciertos aspectos de estos misterios, no debemos olvidar que a menudo estas supuestas demostraciones y evidencias no son asépticas ni totalmente objetivas. En estos casos nos encontramos en terreno resbaladizo, seguramente por eso nos resultan tan apasionantes, pues en la confluencia entre Razón y Fe es difícil mantener el equilibrio y no dejarse llevar y decantarse por uno de ellos, términos que desde hace siglos confrontamos y que a mí me parece deberían ser complementarios, ya que por el momento cada uno tiene su ámbito propio de conocimiento (si me permitís usar esta palabra) y precisamente los mayores problemas e injusticias han venido cuando se ha intentado utilizar uno en la dimensión del otro (habitualmente ha sido el de la Fe en el de la Razón, pero también en los últimos años al revés, por desgracia). Exploremos, estudiemos, conozcamos y adentrémonos en el misterio de la existencia humana, con el mayor de los respetos por los demás y por el propio misterio, que al fin y al cabo es el que da sentido a la vida. Pasen y lean.
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