miércoles, 10 de diciembre de 2008

Peliculones de videoclú

En animada conversación comentario-bloggeril con mi colega de elengendromecanico.com ha aparecido cierta mención a la película “El Superpoderoso” de Terence Hill, ejemplo de peliculón de Videoclub de los ochenta. Éstas son películas que tras pasar sin pena ni gloria por los cines (algunas ni se estrenaron) se convirtieron en favoritas del público de videoclub, que por entonces se “universalizaba”, sobre todo en esos primeros años donde convivían tres sistemas: el Beta, el VHS y el 2000. El primer video que tuve fue un 2000, marca Radiola, que eran geniales porque había que darle la vuelta a la cinta. Cuando el imperialismo yanqui impuso el VHS no hubo más remedio que cambiarlo, aunque ese primer aparato de VHS, un Philips, no duró mucho en mi casa, puesto que mi madre y mi hermana se lo cargaron metiéndole una cinta de 2000 (sí, a mí también me parece increíble) de cuando mi hermana fue elegida dama de honor de las fiestas. El siguiente ya nos duró más, casi 15 años, también Philips, hasta que me harté de él (rayaba las cintas) y con mis primeros sueldos me compré otro, otro Philips mu bonito, de frontal azul, que aún dura aunque ni siquiera lo tengo enchufao.
El caso es que me he propuesto hacer poco a poco una lista de esos peliculones de Videoclub de los ochenta, tanto de los que fueron éxito en los cines como de los que ni siquiera se estrenaron.

Podemos empezar con actores-fetiche de videoclub, que actualmente son de culto y cuyo género principal era la acción. El mejor ejemplo sería Chuck Norris, con las tres partes de Desaparecido en combate, Delta Force o Los valientes visten de negro. Los años no han mermado un ápice su capacidad interpretativa. En todas sus pelis esperaba impaciente su célebre patada en giro de 360 grados. En la línea del americano experto en artes marciales estaba el más joven Michael Dudikoff, con las dos primeras partes de El Guerrero Americano (hay una tercera donde él no aparecía; en estas películas aprendí lo que era un Ninja- ahora se dice “Ninya”, pero entonces era Ninja tal cual-). Por supuesto, actor de videoclub fue Charles Bronson, destacando sus Yo soy la Justicia 1 y 2 o La Ley de Murphy. También fueron las primeras películas de Stallone tras Rocky y Acorralado carne de videoclub, como Yo, el Halcón (¡centrada en un campeonato de pulsos!) o Cobra (que puso de moda las gafas de espejo). Por supuesto también el “Chuache” de los primeros años estuvo muy presente, con sobre todo Commando, Ejecutor y Depredador. Poco después apareció otra que recuerdo me pareció muy interesante, Perseguido. Y no, tampoco ha perdido un ápice de su calidad interpretativa, aunque ahora la aplique a la política. Tranquilos, que por el momento no puede presentarse Presidente de los EEUU, porque la Constitución dice que deben ser nacidos en el país (él nació en Austria). Por cierto, vemos como los títulos de sus películas eran coherentes con los diálogos de las mismas: cuanto más simples, mejor. Aquí se trata de golpear, disparar y matar; quien quiera palabras, que se vaya al diccionario. De él también recuerdo haber visto en el videoclub Cactus Jack, antes de hacerse famoso con Conan, donde compartía reparto con Kirk Douglas y Ann-Margrett en una comedia del Oeste que me parecía bastante divertida, pero que supongo no resistiría un nuevo visionado.

(Continuará…)
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sábado, 6 de diciembre de 2008

LA EDUCACIÓN EN CASTILLA LA MANCHA

Para inaugurar las entradas de este blog voy a abordar un tema bastante serio y que me toca muy de lleno: la educación. Y, en concreto, la educación en Castilla La Mancha. Si al profesorado se nos ha venido ninguneando desde la administración central (bueno, la verdad es que se nos ha denostado desde todos sitios, claro que así le va a este país, renegando de los que tienen que educar a sus jóvenes)... decía que si se nos ha ninguneado desde la administración central, más aún se ha hecho desde la autonómica. Siendo como somos para ellos los “sospechosos habituales” (vagos que no quieren trabajar, malvados fascistas que quieren imponer un régimen autoritario en las aulas, tardofranquistas que suspenden a los alumnos como una forma de satisfacción perversa de sus reprimidos deseos sádicos…), han venido haciendo leyes, decretos y circulares (sí, sí, circulares, quien no se dedique a esto se podrá sorprender, pero es así, en la educación de CLM una circular tiene casi más rango que una ley) pasando absolutamente de la opinión de los que se supone que somos los “profesionales de la educación” (luego me pararé a reflexionar sobre esta expresión, en próximos artículos). Así, desde la LOGSE (ley no del todo mala, pero que en la balanza entre lo bueno y lo malo que aportó, por desgracia tiene mucho más peso lo segundo) hasta la última LOE, ambas de carácter estatal.

Ahora la administración castellano-manchega se plantea la elaboración de una ley propia puesto que ya se sabe que en este país hay que hacer las cosas dos y tres veces aunque el sentido común te diga que con una es suficiente (“más triste es de pedir”, podrán justificar los que viven de esta “mimetización obtuso-administrativa”); ya sabéis, al Estado le sobra el dinero (a los ciudadanos que lo sustentan no, curiosamente, pero a la administración sí; genios de la economía que tenemos, oigan). El caso es que en el proyecto presentado se vuelven a repetir todos los errores en los que se viene cayendo desde hace más de quince años, y que han traido el sistema educativo que tenemos actualmente y sus resultados (si usted no se dedica a esto y piensa que la educación en España está mal no sabe lo que dice… se está quedando muy, muy corto). Palabrería vana y sin contenido, incoherencia (valorar el esfuerzo pero sin valorar los contenidos ni los resultados), falta de objetivos concretos, ausencia de instrumentos reales para favorecer una educación de calidad (o buena simplemente, que nos conformamos con eso, hasta con regular), prejuicios que impiden ver la realidad de las aulas, etc. Pero vamos, que si no se lo creen, les presento unos ejemplos, sacados del título de la propuesta “El futuro de nuestros ciudadanos y ciudadanas”:

“es necesario convertir las aulas en un espacio de permanente respeto, de práctica de un esfuerzo responsable, de comunicación e intercambio a través del diálogo entre el profesorado, el alumnado y los contenidos de la enseñanza, y en un laboratorio de convivencia, de trabajo y de cooperación”

El cómo de todo esto, que parece muy bonito, aunque si se lee bien es una cursilada insoportable, es otra cosa, de eso no se habla. Parafraseando a Superratón, “no se vayan todavía, aún hay más”:

“La sociedad nos demanda que les enseñemos a todos y todas sin discrimina­ción para construir, con ello, una sociedad cohesionada. Se trata, por tanto, de actuar con las personas, sea cual sea el alcance de las diferencias, en un entorno normalizado y escasamente restrictivo, facilitando los medios necesarios para que sea posible una respuesta inclusiva”.

« Normalizado y escasamente restrictivo » ¿Y para qué sirven las normas sino es para restringir? ¿Me lo explica? Éste que ha escrito esto que se meta en un 2º o 3º de la ESO, que se va a enterar lo que es un entorno “normalizado”, jejeje. ¿Y lo de la respuesta inclusiva? ¿Ezo qué é lo que é? ¿Pero usted para quién legisla? Ah, que todos deben estar dentro del sistema… Si no digo yo que no, pero no todos en el mismo aula, y a la vez.

“Los entornos homogéneos dificultan que el alumnado con peores resulta­dos académicos disponga de los modelos más adecuados para su avance y desarrollo, contribuyendo con ello, aun sin pretenderlo, a reproducir diferen­cias sociales.
Las prácticas cooperativas y su desarrollo en contextos naturalmente hetero­géneos constituyen una fórmula más adecuada para asegurar la formación de personas competentes socialmente, activas y solidarias, sin que ello suponga una renuncia a la exigencia del esfuerzo individual y al fomento de la motivación, del hábito del trabajo y de las ganas por aprender.”

¿Mande? ¿Lo cualo? Je ne comprend pas, monsieur ; I don´t understand. ¿Recordáis lo que decía de los prejuicios? Mirad el primer párrafo. Ahora preguntadle a la mayoría de profesores. Contra, que esto lo escriben los mismos que han creado la Diversificación o el Currículo Adaptado (dos de las cosas buenas que han hecho). Ejemplo de apriorismo, de dogma de Fe ideológica (uy, qué cosas tan feas estoy diciendo a unos señores tan laicos) que impide una correcta aplicación de los medios para alcanzar el verdadero objetivo: la educación y la formación de cada alumno partiendo de unos objetivos comunes y ampliándolos según las capacidades e intereses (subrayo esto último) de cada uno. Hay casos en que los entornos homogéneos son positivos, y al revés. Punto. Deberían ser los que están en el día a día con los alumnos los que deben decidir sus agrupamientos. Al menos es lo que dice el sentido común. Pero claro, estos señores (políticos, asesores “especializados” que hace años no pisan un instituto para dar clase y mucho menos un aula de la ESO, gurús ideológicos… espero tratar sobre ellos algún día), éstos, digo, desde sus despachos y su visitas programadas a los centros, ya saben ellos de antemano lo que hay y lo que no hay que hacer.

Atentos al final del segundo párrafo “sin que suponga una renuncia a la exigencia del esfuerzo individual…” , ¡pero si ni siquiera se pueden poner ceros! (sí, sí, querido neófito en estas lides, en CLM no se pueden poner ceros) ¡Si un alumno sin sacar el libro siquiera, qué leche, sin ir a clase, ya tiene un uno!. ¿Qué esfuerzo se exige?

Atención también a lo de “personas competentes socialmente, activas y solidarias”. ¿Competentes socialmente? Pero si ni siquiera logramos que no tiren los papeles al suelo, que están toas las calles guarrismas y los institutos peor. O que no escupan en la calle, que lo han puesto de moda los futbolistas. O que digan buenos días. O que no nos rompan los tímpanos con la música de las “discotecas-móviles” y sus chaspún-chaspunes (ojo, que éste es el sueño de muchos de nuestros jóvenes de 14 a 18 años, pasearse así por el centro de una ciudad… eso es ambición y lo demás son tontás), que parecen empeñarse en que todo el mundo se entere del mal gusto musical que alguno tiene. Si con eso nos conformamos, y no somos capaces de ello, ¿qué quieres decir con “competentes socialmente”? Si de verdad quieres conseguir objetivos de respeto a los demás, enuméralos tal cual, aunque parezca ridículo:

1. las papeleras son de todos, no les des patadas;
2. No tires los papeles al suelo, o el barrendero/a (¿véis? Yo también soy políticamente correcto), que debería limpiar sólo lo que es inevitable que se ensucie, te meterá el palo de la escoba por el…;
3. No escupas en la calle, o serás exiliado para convivir en los Andes con tus congéneres las llamas.
Y así, muchas más.

No digamos ya si tratamos asuntos más serios y peligrosos como la violencia (en general, que una de las cosas estúpidas que se está haciendo en este país es compartimentar la violencia, y así nos va, que crece día a día), las drogas (aunque esto creo que sólo lo vemos como un problema real algunos gilipollas como yo), la falta de formación, etc.

Aunque había pensado que iba a seguir analizando y comentando el texto de la ley, de momento lo aparco, ya que está en trámite (se acabó el plazo para hacer alegaciones), y además como me tomo esto demasiado en serio, no tengo ganas, de momento, de que me salga una úlcera, que bastante tengo con el "Madrí". Eso sí, me negaré a comentar nada del apartado sobre la formación del profesorado puesto que lo dicen los que obligan a un profesor que puede llevar, digamos, diez años dando clase como interino, a hacer cuando aprueba la oposición un curso de formación inicial para el profesorado impartido a menudo por esa gente que hace tiempo que no pisa un aula (o son el hazmerreír de sus alumnos). Con eso está todo dicho.

Agradezco igualmente a todos mis compañeros del IES Eduardo Valencia el apoyo que han dado al texto que redacté como alegación a la propuesta de ampliación a 18 años de la edad de permanencia obligatoria en el Sistema Eduacativo.

Hala,, que tengo que colgar una barra de la pared de la cocina y bajar la alfombra pal salón, que hace frío. Y mañana poner el Belén y el árbol, que ya casi estamos en Navidá. Leer más...

viernes, 5 de diciembre de 2008

Increibleble


Increiblebleble. En una de las más míticas películas de los 90, “Las Aventuras de Ford Fairlane” (Renny Harlin, 1990), ésta era la expresión con la que el protagonista manifestaba su estupefacción ante la estupidez humana (expresión válida tanto con dos como con tres “-bles”), o, al menos, así lo hacía en el sinpar doblaje al castellano que hizo Pablo Carbonell del cómico norteamericano Andrew Dice Clay. Increibleble. Esta expresión me viene que ni al pelo (que por cierto se me está cayendo, cosas de la edad) para abrir este espacio en la web, que pretende sobre todo ser eso, una expresión de asombro ante multitud de temas y asuntos en donde se hace patente la falta de lucidez, reflexión y sentido común (“el menos común de los sentidos”) del que hace gala la especie humana. Increibleble. Mejor no tomarte las cosas muy en serio, porque de lo contrario podríamos caer en la más absoluta locura. O en una depresión. Más vale pensar que todos esos que nos gobiernan, que escriben en los periódicos, que salen en la tele y las radios, no son de verdad. Deben ser la herencia malvada de Jim Henson. De lo contrario, sería demasiado terrible la existencia. Increibleble. Palabra (¿palabro?) terapéutica, que nos permite ver la realidad con cierta distancia, y tomarla quizá como lo que es, una broma de dimensiones cósmicas. Un bálsamo para aquellos momentos en que te gustaría, de nuevo citando al gran Ford, que la industria de la música (cambiad esto por la persona, entidad o colectivo que queráis en cada momento) y el resto del globo te tocasen la minga dominga.

Sin embargo, no serán sólo las opiniones sobre la actualidad y la crítica reflexiva y pausada unas veces, cínica y maléfica otras, e irónica y desenfadada las más, lo que ocupe este espacio. También tendrá cabida la educación (a eso digo que me dedico, o al menos por eso me pagan), la historia, el cine, los cómics, los libros, el deporte… Esto… mira, en resumidas cuentas, lo que se me pase por la cabeza. Lo que me dé la gana, vamos. Y, por supuesto, no esperes que esté puntual en esta cita. Este blog irá desarrollándose como un reflejo de mi propio yo: lenta y pausadamente, con tranquilidad, pero con momentos acelerados, vertiginosos, que supongo frenarán en seco, y volverá el ritmo parsimonioso que me caracteriza. Qué se le va a hacer.

Y poco más. Dejémonos ya de este egocentrismo internetero, de este onanismo omBLOGueril (de ombligo y blog, jeje… los chistes malos también son parte mía, ¿qué pasa?)

Pues eso. Leer más...